Nil está malito

Os voy a contar un cuento...

-¿Qué tienes en la nariz, Nil?-dice Jana, intrigada.
-Me he puesto una nariz de payaso. Es gracioso ¿no?
-¿Y en las mejillas?
-Ah...¿esto Jana? Es una mancha del sol!
-¿Y en la frente...¿qué es este punto rojo tan grande?
-Eso es que mi mamá me ha dado un beso.
-Anda ya, Nil!

-Oh, oh! Y también en las orejas tienes unos pequeños...
-Son pegatinas...¿quieres unas?
-No gracias, Nil.
-Pero mírate los brazos!
-Es que he pintado un cuadro y me he salpicado de pintura...
-Mira, Jana, creo que me iré a descansar un poco...estoy cansado...

-Ay! Tu espalda, Nil! Esta llena de puntitos rojos!
-Vale...me voy a descansar!
-Pero mira, Nil...estás todo lleno!
-Ya lo sé...un ejército de mosquitos me ha atacado...
-Venga ya, Nil! A mi me parece que...
-¿No me crees? -dice, Nil.
-Es que yo diría que tienes la varicela.

-¿La varicela? Entonces ya no te gustaré con todos estos granitos...¿verdad, Jana?
-Claro que no, Nil -asegura Jana. Pareces un payaso que se ha peleado con un ejército de mosquitos y ha caído dentro de un pote de pintura... Y ahora te daré un beso bien grande!!!
-Acércate un poco,Jana -dice Nil. Más cerca...¿qué tienes en la nariz?


P. Romeu (2005) En Nil està malalt. París: Baula.


El ingenioso Nil encuentra todo tipo de excusas para explicar los sospechosos puntitos rojos que tiene por todo el cuerpo. Intenta convencer a su amiga Jana y convencerse a sí mismo de que no le pasa nada, pero el malestar y el cansancio aparecen irremediablemente y Nil debe dejar de jugar para descansar y recuperarse.

Como le pasa a Nil, los adultos en ocasiones nos negamos a aceptar que algo anda mal y que necesitamos ayuda. A veces por miedo, otras por desconocimiento o resignación o incluso por orgullo. 

Muchas veces bastará con poner en marcha nuestros propios recursos, otras veces necesitaremos además del apoyo de nuestro entorno (familia, amigos) y en otras ocasiones será necesario solicitar ayuda profesional.

No debemos temer enfrentarnos a aquello que no nos deja ser felices, sólo identificándolo podremos empezar a trabajar para cambiarlo. No debemos resignarnos a la insatisfacción, con voluntad, trabajo personal y la guía de buenos profesionales es posible el cambio. Buscar ayuda es el primer paso para la recuperación.