El Duelo es una experiencia
común, universal y
dolorosa que al menos una vez en la vida, a lo largo de la edad adulta,
experimentaremos todas las personas.
En la sociedad industrializada actual nos regimos por la inmediatez (aquí y ahora), buscando beneficios individuales a corto plazo y a
cambio de poco esfuerzo. De esta manera vamos por la vida intentando eludir cualquier tipo de
malestar físico o emocional que interrumpa nuestra incesante y a la vez
estresante carrera hacia el "éxito".
Por tanto, las sociedades occidentales suelen silenciar el sufrimiento, la muerte y el
duelo, intentando a toda costa olvidar de prisa para "estar bien"
lo más rápido posible. Así, olvidamos que
las ceremonias fúnebres sirven de rito de paso no sólo para el difunto sino
también para sus deudos. A éstos les permite ir tomando consciencia, asimilando
e integrando poco a poco la pérdida del ser querido. Los familiares deben
aprender a vivir sin dicha persona y ello implica un proceso de aceptación y "reacomodación" emocional que
requiere de un tiempo determinado.
Características del Duelo:
Sentimientos: tristeza, enfado, culpa, bloqueo, ansiedad, soledad, fatiga,
impotencia, anhelo, alivio, insensibilidad, confusión...
Conductas: soñar con el difunto, evitar recordarlo, suspirar, llorar,
atesorar sus objetos, buscarlo y llamarlo en voz alta...
Sensaciones
físicas: opresión en el pecho y garganta,
hipersensibilidad al ruido, debilidad muscular, falta de energía, sequedad
bucal, despersonalización...
Pensamientos: incredulidad, confusión, preocupación, alucinaciones breves,
sentido de presencia...
Fases del Duelo:
Kübler-Ross
afirmó que estas etapas no necesariamente suceden en el orden descrito arriba,
ni todas estas son experimentadas por todos los pacientes, aunque afirmó que
una persona al menos sufrirá dos de estas etapas. A menudo, las personas
atravesarán varias de estas etapas en un efecto «montaña rusa», pasando entre
dos o más etapas, y volviendo a hacerlo una o varias veces antes de finalizar.
- Negación
- Ira
- Negociación
- Depresión
- Superación
No obstante, en los
niños el duelo se vive de forma diferente, principalmente porque estos no adquieren el concepto de muerte hasta
los 6-7 años.
A continuación detallaremos la evolución del concepto de muerte, así como las reacciones frente a la muerte, los síntomas de duelo y daremos algunas recomendaciones para acompañar a
los niños frente a situaciones de muerte y duelo.
De 0-12 meses:
Concepto de
muerte: No existe
Reacciones
ante la muerte y al duelo: Angustia si se
trata de la pérdida del cuidador principal. Captación del dolor y poca
afectividad.
Síntomas de
duelo: Tristeza, miedo, trastornos de
apetito y sueño, regresiones o retrasos en el desarrollo.
¿Qué hacer?: MANTENER AL MÁXIMO POSIBLE LA RUTINA DEL BEBÉ.
De 12-24 meses:
Concepto de
muerte: No existe
Reacciones
ante la muerte y al duelo: Apego al nuevo
cuidador.
Síntomas de
duelo: Llanto, tristeza, miedo,
irritabilidad, trastornos de apetito y sueño, regresiones o retrasos en el desarrollo, juego repetitivo.
¿Qué hacer?: MANTENER LA RUTINA Y LOS LÍMITES. USAR CUENTOS PARA EXPLICAR
LOS CONCEPTOS.
De 2-3 años:
Concepto de
muerte: Reversibilidad, temporalidad.
Reacciones
ante la muerte y al duelo: Apego al nuevo
cuidador.
Síntomas de
duelo: Llanto, tristeza, miedo,
irritabilidad, trastornos de apetito y sueño, regresiones o retrasos en el
desarrollo, confusión y preguntas
repetidas.
¿Qué hacer?: MANTENER LA RUTINA Y LOS LÍMITES. USAR CUENTOS PARA EXPLICAR
LOS CONCEPTOS.
De 3-6 años:
Concepto de
muerte: Reversibilidad, temporalidad.
Reacciones
ante la muerte y al duelo: Miedo a la
separación, rabietas, aislamiento, temor a la oscuridad, pensamiento mágico, confusión
y preguntas repetidas.
Síntomas de
duelo: Tristeza, miedo, irritabilidad,
trastornos de apetito y sueño, regresiones o retrasos en el desarrollo,
enuresis y encopresis, actividad motora excesiva, descontrol conductual.
¿Qué hacer?: RECONDUCIR FANTASÍAS. USAR UN VOCABULARIO REAL FRENTE A LA
MUERTE.
De 6-9 años:
Concepto de
muerte: Irreversibilidad: universal e
inevitable.
Reacciones
ante la muerte y al duelo: Muerte como
castigo por malas acciones, curiosidad por saber que hay más allá de la muerte,
preguntas repetidas.
Síntomas de
duelo: Negación, tristeza, enfado,
confusión, miedos nocturnos y a la soledad, quejas somáticas, absentismo
escolar, dificultades escolares, peleas.
¿Qué hacer?: INFORMARLOS, PREPARARLOS PARA LOS CAMBIOS EN LOS ROLES DE LA
FAMILIA, PROPICIAR LA COMUNICACIÓN DE SENTIMIENTOS.
De 10-12 años:
Concepto de
muerte: Irreversibilidad: universal e
inevitable.
Reacciones
ante la muerte y al duelo: Negación, choque
emocional, llanto, nostalgia, agresividad, soledad, preocupación, preguntas
repetidas.
Síntomas de
duelo: Tristeza, enfado, confusión, miedos
nocturnos y a la soledad, quejas somáticas, dificultades académicas, peleas.
¿Qué hacer?: DIALOGAR SOBRE LA MUERTE, ACEPTAR SUS SENTIMIENTOS, CONMEMORAR
A LA PERSONA FALLECIDA.
En la adolescencia:
Concepto de
muerte: Irreversibilidad: universal, aleatoria,
lejana.
Reacciones
ante la muerte y al duelo: Evitación de
sentimientos, culpa, ansiedad, disociación, rechazo académico, depresión,
aislamiento, agresividad.
Síntomas de
duelo: Quejas somáticas, fracaso escolar,
abuso de sustancias...
¿Qué hacer?: ACTIVIDADES FAMILIARES RELACIONADAS CON LA PERSONA FALLECIDA,
DISCUTIR NUEVOS ROLES, MANTENER LOS LÍMITES.
ANTE UNA
MUERTE:
¿Quién debe
comunicarlo? Los padres o una persona cercana
emocionalmente y significativa para el niño/adolescente.
¿Cuándo decirlo? Lo antes posible.
¿Dónde
decirlo? En un lugar tranquilo,
habitual/seguro para el niño.
¿Cómo
decirlo? Con contacto físico, de forma clara
pero cálida, evitando eufemismos.
¿Los niños deben participar de los ritos fúnebres (velatorio, entierro...)? Sólo si lo desean. A partir de los 6-7 años (dependiendo del nivel madurativo de cada niño) ya son capaces de entender la muerte como tal y expresar su voluntad de participar o no de las ceremonias. En todo caso, es importante siempre ofrecerles la opción de participar de ellas (explicándoles previamente lo que se pueden encontrar para que vayan preparados) pero nunca forzarlos.
¿Los niños deben participar de los ritos fúnebres (velatorio, entierro...)? Sólo si lo desean. A partir de los 6-7 años (dependiendo del nivel madurativo de cada niño) ya son capaces de entender la muerte como tal y expresar su voluntad de participar o no de las ceremonias. En todo caso, es importante siempre ofrecerles la opción de participar de ellas (explicándoles previamente lo que se pueden encontrar para que vayan preparados) pero nunca forzarlos.