El Acoso Escolar o Bullying es cualquier forma de maltrato físico o psicológico producido entre iguales tanto dentro como fuera del aula. Hablamos de Bullying cuando el acoso se produce de forma deliberada y repetida, es decir, no se trata de un hecho puntual. Las manifestaciones del acoso pueden ir desde insultos o mofas de tipo verbal hasta graves agresiones físicas. Tanto si las agresiones son físicas como si son verbales, suelen tener un importante efecto en la autoestima de la víctima; afectándola tanto en su rendimiento académico como en la forma de relacionarse con los demás.
Los tres perfiles implicados en este tipo de violencia escolar son: el agresor, la víctima y los testigos.
El Agresor
-Busca el reconocimiento del grupo a través de la humillación de la víctima.
-Necesita autoafirmarse como "el más fuerte" frente a los demás, en la mayoría de los casos porque presenta una baja autoestima y pocas experiencias de éxito personal que le permitan tener un buen autoconcepto de sí mismo.
-Es probable que cuente con pocos referentes adultos que lo guíen y estén pendientes de su desarrollo.
-Suele carecer de habilidades sociales para relacionarse y comunicarse de forma asertiva con los demás.
-Suele carecer de capacidad de autocontrol.
-Es probable que haya tenido modelos de violencia en el entorno familiar de manera que percibe la misma como una forma "normal" de relacionarse y satisfacer sus necesidades.
La Víctima
-Suele carecer de un grupo establecido de amigos en quiénes confiar y apoyarse.
-Es probable que carezca de un canal de comunicación seguro y de confianza con algún adulto de su entorno sociofamiliar.
-Es probable que presente alguna particularidad a nivel físico o alguna dificultad a nivel funcional que viva con cierto complejo y, erróneamente, la haga creerse merecedora del rechazo de los demás.
-Es probable que presente una baja autoestima y poca seguridad en sí mismo/a, las cuáles manifiesta a través de una conducta tímida y cohibida que la convierten en un blanco fácil de mofas y abusos.
Los Testigos (que callan)
-Suelen carecer de habilidades sociales para relacionarse y comunicarse de forma asertiva con los demás.
-Es probable que cuenten con pocos referentes adultos que los guíen y estén pendientes de su desarrollo.
-Suelen necesitar también autoafirmarse debido a una baja autoestima y confianza en sus propias capacidades/habilidades. Para ello, se refugian bajo la figura de un líder con la idea que el estar a su lado los hace igual de "fuertes".
-Suelen tener miedo, de manera que se protegen de no ser víctimas también apoyando al agresor.
-Es probable que carezcan de un canal de comunicación seguro y de confianza con algún adulto de su entorno sociofamiliar.
Los Testigos (que denuncian)
-Suelen contar con buenos referentes adultos que los guían y están pendientes de lo que sucede en los entornos donde se desarrollan.
-Suelen saber qué es el acoso escolar y son capaces de detectar los tipos de agresiones que implican.
-Suelen contar con una red de amigos importante en quiénes confiar y apoyarse.
-Suelen tener buenas habilidades sociales, una buena autoestima y confianza en sus capacidades/habilidades.
-Suelen contar con un canal de comunicación seguro y de confianza con algún adulto de su entorno sociofamiliar.
Estos son algunos de los perfiles habituales. No obstante, no necesariamente se cumplen en todos los casos. Por ejemplo, podemos encontrar víctimas que antes del acoso eran niños/adolescentes seguros de sí mismos, alegres y con una buena autoestima pero que frente a agresiones repetidas y continuadas y terribles amenazas se ven paralizados ante el miedo de tal forma que no son capaces de reaccionar ante el acoso ni tan siquiera atreviéndose a contárselo a alguien.
Señales de Alerta en las Víctimas
-Una vez iniciadas las diferentes formas de acoso el/la agredido/a tiende a comportarse con un "perfil bajo", de manera que evita relacionarse con los otros niños/adolescentes aumentando así su aislamiento.
-A causa de la alteración emocional que implica ser víctima de acoso escolar, suele disminuir significativamente la capacidad de atención en clase, la motivación y en general el rendimiento académico.
-Suele presentar negativas constantes para participar de las actividades extracurriculares de la escuela e incluso para asistir a la misma.
-Se ve seriamente afectada la autoestima y la confianza en las propias capacidades para cambiar aquellas cosas del propio entorno que no nos satisfacen o no nos hacen bien (Ver artículo sobre Indefensión Aprendida). Por tanto se muestra espantadizo/a y en estado de alerta constante.
-El estado anímico habitual suele ser de apatía y tristeza.
¿Cómo prevenir el Acoso Escolar?
-Hacer visibles las conductas que acompañan el acoso escolar: insultos, humillaciones, agresiones físicas... Hablar con los niños/adolescentes abiertamente de las mismas y de las consecuencias que tienen en las víctimas.
-Fomentar en los niños/adolescentes de habilidades comunicativas para poder expresar sus deseos y preferencias, pero también sus discrepancias o negativas de una forma asertiva; es decir, siendo capaces de defender su punto de vista sin mostrar agresividad cuando lo hace.
Este sistema de autoregulación no sólo sirve por tanto, para detectar y prevenir posibles situaciones de abuso, sino para fomentar en los niños y adolescentes un espíritu de cooperación y ayuda mútua de manera que ante la mínima señal de abuso todos se sientan implicados y responsables de denunciar, evitando así que se repita cualquier forma de agresión entre iguales tanto dentro como fuera del entorno escolar.
Es importante destacar que, detectado un caso de abuso, la intervención de maestros y familias tiene que ir en tres sentidos:
-Apoyar a la víctima y proporcionarle el soporte emocional necesario para prevenir secuelas psicológicas derivadas del abuso.
-Proporcionar apoyo psicológico al agresor/a de manera que se traten las conductas agresivas y las problemáticas subyacentes que las originan.
-Dar explicaciones al grupo-clase de los acontecimientos, reforzando positivamente la valentía de los que se han atrevido a denunciar y haciendo visibles las agresiones. No obstante, debemos tener claro que al censurar las agresiones hay que evitar estigmatizar al agresor/a ya que no debemos olvidar que se trata también de un/a menor, que necesita orientación y apoyo sociofamiliar urgente si se quiere prevenir la perpetuación de este tipo de conductas.
El siguiente vídeo musical está siendo utilizado en muchas escuelas para sensibilizar a los alumnos sobre la importancia de denunciar el abuso y ser capaces de empatizar con el sufrimiento del agredido/a. ¡Una manera clara, directa y pegadiza de animar a niños y jóvenes a no tener miedo!
Se Buscan Valientes - Langui
Si crees que tú mismo o alguien cercano a ti presenta un perfil similar al aquí descrito, no dudes en consultar con un profesional. Una evaluación individualizada permitirá establecer la intervención más apropiada para iniciar el proceso de recuperación.