Es importante
distinguir el buen uso del abuso de las nuevas tecnologías. Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) nos permiten
vincularnos a los demás pero a su vez pueden acabar aislándonos en la
virtualidad y el anonimato. Un uso apropiado es aquel que permite al individuo
seguir con su rutina diaria (comer, dormir, estudiar, hacer deporte, salir con
los amigos, relacionarse con la familia, etc.). En cambio, el abuso se da cuando existe una
inclinación desmedida hacia dicha actividad, el cual llevado al extremo puede
llegar a convertirse en una adicción
(entendida como pérdida de control, absorción mental e interferencia
significativa en la vida cotidiana).
Las principales señales de alerta para detectar cuando
una simple afición empieza a convertirse en una adicción son:
-Descuidar otras
actividades importantes y rutinas diarias.
-Recibir quejas
constantes en relación con el uso de Internet de alguien de la familia.
-Pensar en la red a
todas horas y mostrar una irritación excesiva cuando la conexión falla o es
lenta.
-Perder la noción
del tiempo cuando se está conectado.
-Mentir sobre el
tiempo real que se está conectado.
-Aislarse
socialmente, mostrarse irritable, empeorar el rendimiento en los estudios.
-Sentir una euforia
y activación exageradas cuando se está frente a la pantalla.
El uso abusivo de
las nuevas tecnologías puede generar en los adolescentes ansiedad,
irritabilidad, depresión y afectación de la autoestima. No obstante, la mayoría
de las veces el abuso de las redes sociales suele ser una manifestación secundaria de otros problemas familiares, personales
o psicopatológicos previos.
Para prevenir un uso inadecuado de las TIC se
recomienda:
-Procurar situar el ordenador en un espacio de uso común de la casa.
-Elaborar una planificación horaria de las distintas tareas a realizar haciendo uso del ordenador.
-Elaborar una planificación horaria de las distintas tareas a realizar haciendo uso del ordenador.
-Limitar el tiempo
de conexión, como máximo 1,5 horas, reduciendo la restricción los fines de semana. Si la conexión se realiza a través del móvil, limitar también el tiempo de uso del mismo.
-Revisar los
contenidos visitados.
-Enseñarles a
preservar su intimidad en la red.
-Fomentar las
relaciones cara a cara con amigos y familiares.
-Potenciar
aficiones como la lectura, el cine, practicar algún deporte o hacer voluntariado.
En el caso de que
exista una adicción a las redes sociales o dispositivos tecnológicos el objetivo terapéutico será el
reaprendizaje de la conducta de una forma controlada, además de tratar los
problemas subyacentes a la misma.
Si su hijo encaja con el perfil antes descrito
consultar con un profesional para que éste realice la evaluación y diagnóstico
correspondientes y determine el tipo de intervención más adecuado.
Referencias: