Abuso de las Redes Sociales

Es importante distinguir el buen uso del abuso de las nuevas tecnologías. Las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) nos permiten vincularnos a los demás pero a su vez pueden acabar aislándonos en la virtualidad y el anonimato. Un uso apropiado es aquel que permite al individuo seguir con su rutina diaria (comer, dormir, estudiar, hacer deporte, salir con los amigos, relacionarse con la familia, etc.). En cambio, el abuso se da cuando existe una inclinación desmedida hacia dicha actividad, el cual llevado al extremo puede llegar a convertirse en una adicción (entendida como pérdida de control, absorción mental e interferencia significativa en la vida cotidiana).

Las principales señales de alerta para detectar cuando una simple afición empieza a convertirse en una adicción son:
-Dormir menos de 5 horas para estar conectado el mayor tiempo posible a la red.
-Descuidar otras actividades importantes y rutinas diarias.
-Recibir quejas constantes en relación con el uso de Internet de alguien de la familia.
-Pensar en la red a todas horas y mostrar una irritación excesiva cuando la conexión falla o es lenta.
-Perder la noción del tiempo cuando se está conectado.
-Mentir sobre el tiempo real que se está conectado.
-Aislarse socialmente, mostrarse irritable, empeorar el rendimiento en los estudios.
-Sentir una euforia y activación exageradas cuando se está frente a la pantalla.

El uso abusivo de las nuevas tecnologías puede generar en los adolescentes ansiedad, irritabilidad, depresión y afectación de la autoestima. No obstante, la mayoría de las veces el abuso de las redes sociales suele ser una manifestación secundaria de otros problemas familiares, personales o psicopatológicos previos.

Para prevenir un uso inadecuado de las TIC se recomienda:
-Procurar situar el ordenador en un espacio de uso común de la casa.
-Elaborar una planificación horaria de las distintas tareas a realizar haciendo uso del ordenador.
-Limitar el tiempo de conexión, como máximo 1,5 horas, reduciendo la restricción los fines de semana. Si la conexión se realiza a través del móvil, limitar también el tiempo de uso del mismo.
-Revisar los contenidos visitados.
-Enseñarles a preservar su intimidad en la red.
-Fomentar las relaciones cara a cara con amigos y familiares.
-Potenciar aficiones como la lectura, el cine, practicar algún deporte o  hacer voluntariado.

En el caso de que exista una adicción a las redes sociales o dispositivos tecnológicos el objetivo terapéutico será el reaprendizaje de la conducta de una forma controlada, además de tratar los problemas subyacentes a la misma.

Si su hijo encaja con el perfil antes descrito consultar con un profesional para que éste realice la evaluación y diagnóstico correspondientes y determine el tipo de intervención más adecuado.

Referencias:
Echeburúa, Enrique. "Adictos a las nuevas tecnologías" Mente y Cerebro. Nº61, (Julio-Agosto 2013).